martes, 20 de octubre de 2015

BUDA EXPLOTÓ POR VERGÜENZA


Película tremendamente dura que nos adentra en una realidad que ahora mismo está más que latente.

Niños que nacen y crecen en sociedades radicales, que sólo fomentan en ellos el odio, la violencia y el ansia de venganza hacia ese "enemigo" que es la sociedad occidental.

Se les aparta de las aulas no pudiendo así acceder a la educación que les hará más libres y fomentará en ellos un espíritu crítico. Ese espíritu que, muy probablemente, les haría ver su actual sociedad con otros ojos y les apartaría de esas creencias.

Niños que crecen sin apenas atención, y que les lleva a querer ser mayores antes de tiempo dominando técnicas violentas y  haciendo suyas mentalidades agresivas.

La actitud de la niña interesada en aprender otras cosas más bonitas y agradables, y su desinterés por la guerra nos acerca a una esperanza; hay niños y niñas dentro de esa sociedad que creen en otras cosas, que no se dejan embaucar tan fácilmente por culturas ancestrales y luchan por algo mejor.

Esta esperanza y lucha se ven estéticamente remarcadas gracias a los coloridos trajes que visten las mujeres. Un juego muy visual que nos alegra el alma dentro de tanta tristeza.

La desaparición de la madre nos hace ver que muchas de ellas han tirado la toalla en esa lucha, porque solamente las puede llevar a la lapidación.

Me entristece pensar en el daño que ya se les ha hecho a esos niños, que han mamado de un odio extremo durante sus primeros años de vida y que puede ser difícilmente desarraigado.

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